Nuestra colaboración en este número se centra en el artículo de opinión de la página 22:
PROHIBIR ES MAS FACIL QUE REGULARIZAR
Vivimos en el país de las prohibiciones. Ultimamente asistimos atónitos a noticias que nos sorprenden.
Hemos leído como en Barcelona multan a surfers que desafían al mar practicando su deporte cuando hay olas en la playa, que habitualmente coincide con la colocación de la bandera roja para los bañistas.
Vemos como el Ayuntamiento de Tapias de Casariego sorprendentemente prohibe el surf en sus playas durante la temporada de verano. Curiosa porque esta Localidad lleva organizando un campeonato de surf desde hace más de 20 años que ha sido denominado de Interés Turístico Regional, que además llena los hoteles y los restaurantes durante la Semana Santa.
Vemos bandos municipales como el de Vejer de la Frontera prohibiendo, no solamente la estancia de las autocaravanas y campers en la playa por la noche, sino el estacionamiento de ellas en sus playas.
Todos tienen un objetivo común, intentar solucionar un problema que surge de la expansión y por lo tanto de la masificación del surf a lo largo de toda la costa española.
Como casi siempre no son acontecimientos exclusivos de nuestro país. Todos estos problemas en las localidades costeras ya se han producido con anterioridad en otras zonas de Europa, donde el surf ya era multitudinario.
Como ejemplo podemos analizar la zona de las Landas Francesas, centro neurálgico del surf Europeo donde se concentran todos los problemas anteriores: turismo veraniego, campers y autocaravanas de toda Europa (surferos y turistas) y meca del surf en Europa para todos los surferos. Una olla a presión que lleva funcionando regularizadamente desde principios de los ochenta.
Las acciones son muy simples, en vez de prohibición se aplica la regularización. Para las zonas de playa se habilitan zonas acotadas tanto para los bañistas como para los surfers, con el equipo humano para hacerlo cumplir.
Para las zonas de aparcamiento, se habilitan zonas especiales para autocaravanas y campers, diferenciándolas de campings o zonas de acampadas, con los servicios mínimos que requieren este tipo de áreas: tomas de agua y electricidad, zona de evacuación de aguas negras etc, generando puestos de trabajo y convirtiendo zonas de aparcamientos vacíos durante casi todo el año en una buena fuente de ingresos diarios, ya que muchos de sus usuarios frecuentan esos lugares en épocas de temporada baja.
Aunque existan detractores del turismo del surf y la autocaravana, la realidad es bien distinta. La propia esencia de este deporte invita a la exploración costante de playas y olas. El espíritu de muchos de sus practicantes es precisamente el contacto directo con la naturaleza y una de las formas principales de viajar son las autocaravanas y los campers. No implican necesariamente turismo mochilero, como lo califican algunos, estamos hablando de vehículos que necesitan un poder adquisitivo importante y que genera una actividad comercial alrededor de sus zona habituales de descanso: supermercados, restaurantes etc.
Concienciados con las pocas zonas vírgenes que quedan en Europa y aplicando el mismo razonamiento en cuanto a la regulación y no la restricción, es el tipo de turismo que no necesita infraestructuras especiales como los hoteles o zonas turísticas, al contrario busca zonas naturales, que con una mínima regularización de los municipios implicados, se convierten en puntos de obligada visita de todo el turismo Europeo.
1 comentario:
Muy bien dicho!
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